23 de noviembre de 2008

Todos tienen una respuesta, pero no cualquier respuesta, sino la respuesta. Si lo piensas, en verdad es sorprendente la cantidad de gente que oficialmente tiene el monopolio autorizado de la verdad. Este hecho pone de manifiesto la disonancia de los valores absolutos y la naturaleza equivocada del idealismo. ¿Qué valor cuantitativo le pondrías a tu vida? Una compañía de seguros debe tener preparada una cantidad exacta de euros. Pero incluso ese cálculo puede inflarse, los componentes químicos que conforman tu cuerpo apenas valen unos céntimos. ¿No acaso la vida vale más que el oro, el aceite u otras mercancías? Piénsalo otra vez.
Si el valor humano pudiera medirse fuera de la sesgada perspectiva del ego colectivo, podría parecerse a esto; si sólo existe un individuo en el planeta Tierra, sería el humano más importante. Si existen dos personas, su importancia sería dividida a la mitad. Si existen seis mil millones de personas en la Tierra, ¿cuál es la importancia de cada una?.
El autoengaño puede ser una cualidad que define a la naturaleza humana. Las mentiras mantienen a nuestro endeble orden, encontramos consolación en mitos como 'lo que hacemos tiene un significado' y 'Dios castiga a los malos'. La constante avalancha de evidencias empíricas hacia lo contrario simplemente es relegada a la oficina de tercera clase de filósofos irracionales. Es característico de la mente humana el convertir la simplicidad en complejidad subjetiva e interpretar dificultad en la vida donde no la hay. Hoy en día la pregunta arquetípica de los filósofos es "¿por qué estamos aquí?" Pregúntale a un humano y las respuestas serias probablemente implicarán un razonamiento complejo involucrando a deidades místicas o un análisis introspectivo. Pero antes que dejemos la respuesta final con la humanidad, creo que necesitamos una segunda opinión. Si pudiéramos preguntarle lo mismo a un tetrápodo pérmico, ¿qué iluminadas y misteriosas respuestas nos daría? Quizás algo como "no entiendo la pregunta, sólo quiero evitar la muerte."
La mente humana fabrica la ética, los códigos morales, las reglas para morir, las excusas y justificaciones para las más profundas epifanías y eventos parecidos de lo más trivial. Algunos incluso van más allá para secuestrar los eventos aleatorios y malinterpretarlos como si fueran creados por ellos, el principio psicológico conocido como 'ilusión de control'. Desafortunadamente las complejidades en la mente humana hacen que sea más fácil creer en la fantasía y entretenerse con el engaño. Es tal el esfuerzo por encontrar un significado mayor en donde en realidad no lo hay, y esto sólo conduce a consejos adversos y justificaciones especiosas. Esas razones confeccionadas luego son usadas para justificar lo que necesita no ser justificado, como nuestra existencia perpetua salvo que está basada en mentiras, preparándolos para la caída, cuando el mito se erosione. Todo debería moverse hacia adelante muy suavemente, sin ninguna mente humana alrededor para creer en Dios, Satanás u otras ficciones, lo hizo antes de nosotros y lo hará después. En lugar de eso el Nihilista está interesado en las cosas que importan, tanto si alguien cree en ellas o no; todas esas fuerzas y factores que influencian incluso a las cosas que no piensan.
El nihilismo puede parecer muy complicado porque en el entorno actual es necesario describirlo en términos de una existencia negativa y compararlo contra esto o aquello. Se trata de aceptar lo que es y trabajar dentro de ese marco para generar un estilo de vida eficaz y una perspectiva natural. Muy a menudo nuestro planeta moderno de alta tecnología nos hace creer que parece confuso y que se requiere de un especialista Alemán para analizarlo, por lo tanto debe ser complicado. Lo que digo es que no necesitas nada de esa mierda. No necesitas creer en Dios o Belcebú o cualquier otra cosa que no se pueda verificar o comprobar de ninguna forma. No necesitas creer que la naturaleza humana es intrínsecamente malvada o en el pecado original. Se necesita mucho esfuerzo en vano para luchar con el bien y el mal. La gente literalmente se tortura a si misma con dilemas morales y éticos en calabozos creados por ella misma que a final de cuentas no importan. Por esta razón la filosofía nihilista da una paliza en la arena de las ideas porque sólo es una ideología de nada. Por eso me gusta llamarlo anti-ideología. Simplemente no juega con esas reglas, porque esas reglas son arbitrarias; sólo existen en el entorno mental-social. Y si otras personas quieren vivir dentro de ese mundo fantasioso de intelecto nublado y auto tortura, entonces no voy a detenerlos; que se diviertan ... aborreciendo la vida.

Dios y el gusano uno al lado del otro. No necesitamos ningún poder superior para la justificación o el éxito, sólo el deseo y la fuerza de voluntad. Cada vida humana tiene el potencial, pero a no ser que uno se esfuerce por ser un dios, sólo seguirá siendo un gusano. Podemos hacer cualquier cosa, la pregunta es ¿lo haremos? ¿Lucharemos en vano con las inútiles etiquetas de los apellidos, matándonos sin sentido unos a otros sobre las polaridades auto impuestas, mientras los falsos déspotas cosechan las ganancias de nuestro derramamiento de sangre? O escogeremos la salida, y en este cuarto muy oscuro conocido como vida, no hay muchos letreros de salida visibles. La única que he usado se llama nihilismo.

No hay comentarios: