
Pero gracias a su amistad con los ángeles, éstos les obsequiaron con un colgante con una bola que tenía dentro unas pequeñas campanillas como símbolo de protección.
Los ángeles les dijeron que cuando se sintieran en peligro o desprotegidos, agitaran la bola y que al oír las campanillas, ellos acudirían en su ayuda.
Su única condición, uso personal e intransferible, pues si no, la magia desaparece y su protección con ella…
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